La intervención estatal, a través de una regulación excesiva, ha sido una barrera significativa para el progreso económico del país. Al interferir en las "reglas del juego" de la actividad productiva, el Estado ha restringido la inversión, incrementado el desempleo y ralentizado el crecimiento económico.
Esto plantea una pregunta crucial: ¿Qué debe hacer el cooperativismo argentino para aprovechar al máximo sus capacidades, identificar oportunidades de manera eficiente y maximizar sus beneficios sin intermediarios ni fines de lucro?
La respuesta parece clara: es imperativo desmantelar el aparato burocrático que, desde el decreto 20.337 de 1973, ha mantenido al sector cooperativo bajo una carga asfixiante. Durante más de medio siglo, las cooperativas han soportado distorsiones, abusos y corrupciones, en gran medida debido a la complicidad de las corporaciones del sector.
La necesidad de un marco legal democrático, moderno y eficiente es evidente. La aplicación de la regulación debe ser mínima, clara y uniforme, sin margen para interpretaciones discrecionales. Esto implica que las leyes y reglamentos deben ser permanentes, transparentes y aplicables en todo el país.
La llegada del presidente Javier Milei ha marcado el inicio de una profunda transformación en la economía y la administración pública. Su gobierno ha buscado abrir la economía al comercio internacional y reducir la intervención estatal, con un enfoque en la libertad y la promoción de la actividad privada. Este cambio también incluye la desincorporación de empresas paraestatales, la firma de tratados comerciales internacionales, y la eliminación de precios controlados.
Para que el sector cooperativo y otros sectores puedan prosperar, es fundamental eliminar las barreras burocráticas que entorpecen la actividad productiva y de servicios, aumentando costos y tiempos innecesarios. Un proceso gradual de liberación económica, incluyendo al cooperativismo, permitirá un crecimiento sostenido y genuino, generando más empleo formal y permitiendo que tanto trabajadores como inversores dirijan sus recursos hacia las actividades más productivas.
Finalmente, siguiendo a Max Weber, la burocracia puede convertirse en una "jaula de hierro" que perpetúa su control sobre los gobernados. Es necesario romper con esta dinámica para liberar al cooperativismo y permitir que alcance su máximo potencial en una economía más libre y competitiva.
Fuente: La Voz de Cordoba