La Morada: Un Proyecto de Vivienda Cooperativa Feminista y LGTBI en Barcelona

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Tras seis años de esfuerzo y trabajo en equipo, las socias de La Morada, una cooperativa feminista y de cuidados ubicada en el barrio de Roquetes en Barcelona, esperan poder mudarse a su nuevo hogar en noviembre de 2024.

Este innovador proyecto surge como respuesta a los elevados precios de los alquileres y la imposibilidad de acceder a una vivienda en la ciudad, brindando una alternativa más asequible para mujeres y miembros del colectivo LGTBI que buscan un modelo de vida comunitario y no convencional.

Un Proyecto Pionero de Vivienda Cooperativa

La Morada no es una cooperativa de vivienda común. Su enfoque feminista y LGTBI la convierte en un proyecto pionero dentro del cooperativismo, con un objetivo claro: repensar la vida en comunidad y los cuidados, más allá de la tradicional familia nuclear o la pareja. Como explica Sara Barrientos, miembro de la cooperativa, este modelo nació de la necesidad de evitar la soledad no deseada y la falta de redes de apoyo que muchas personas mayores del colectivo LGTBI enfrentan.

“Nos planteamos cómo compartir la vida más allá de la pareja o la familia nuclear, porque los cuidados y los afectos no solo se organizan en torno a eso. Queríamos una vida más comunitaria para acompañarnos también en el envejecimiento”, comentó Barrientos.

Ventajas y Desafíos del Cooperativismo en Cesión de Uso

El modelo de cesión de uso adoptado por La Morada, aunque más accesible que la compra tradicional, no está exento de desafíos. Este tipo de cooperativa permite a sus miembros tener derecho de uso de la vivienda por un periodo de 70 años, sin posibilidad de venderla o alquilarla a terceros, ya que la propiedad pertenece a la cooperativa. Las socias pagaron una entrada inicial de unos 27.000 euros y, posteriormente, abonarán cuotas mensuales de entre 700 y 800 euros.

Este modelo presenta ventajas significativas, como un precio de vivienda reducido en aproximadamente un 20%, al eliminar la figura del promotor inmobiliario, lo que también genera un ahorro en intereses de unos 40.000 euros. Sin embargo, uno de los mayores retos señalados por Barrientos es la accesibilidad económica para quienes no pueden reunir el monto inicial. La cooperativa espera poder establecer mecanismos de solidaridad, como cajas comunes, para ayudar a quienes no dispongan de los recursos necesarios.

Espacios Compartidos y Arquitectura Sostenible

El proyecto de La Morada está diseñado no solo para ofrecer viviendas accesibles, sino también para fomentar la vida en común. Los apartamentos varían en tamaño y están complementados con espacios compartidos, como una terraza, una cocina comunitaria y una sala de coworking, promoviendo un equilibrio entre la vida privada y la colectiva.

Este enfoque arquitectónico facilita la convivencia y el cuidado mutuo, dos de los pilares fundamentales del proyecto. Además, la ubicación de La Morada en suelo privado, gestionado por la fundación La Dinamo, está destinada a frenar la especulación inmobiliaria y convertir el espacio en vivienda social.

Un Modelo con Futuro, Pero Poco Conocido

A pesar de sus ventajas, el modelo de vivienda cooperativa sigue siendo una opción poco conocida en Barcelona y en buena parte de España. Aunque en los últimos años se han aprobado proyectos de este tipo en Cataluña, principalmente en la capital, todavía queda mucho camino por recorrer para consolidar esta alternativa como una opción popular.

En comparación, países como Holanda, Austria, Suiza, Uruguay o Canadá tienen una trayectoria más avanzada en el desarrollo de cooperativas de vivienda. Según la Confederación de Cooperativas de Viviendas y Rehabilitación de España (Concovi), en 2022 había un total de 10.799 viviendas de cooperativas, un 14% menos que en 2021. Esta disminución se debió en gran parte a problemas de acceso a suelo y la reducción de la oferta constructiva.

El Futuro de La Morada

A pesar de las dificultades, las socias de La Morada están a punto de culminar su proyecto, que ha demostrado ser una alternativa viable y sostenible frente a los modelos tradicionales de acceso a la vivienda. Con una comunidad comprometida y un enfoque basado en los cuidados, este proyecto es un ejemplo de cómo el cooperativismo puede ofrecer soluciones innovadoras y adaptadas a las necesidades de diversos colectivos.