El cooperativismo escolar: un modelo de educación que transforma comunidades

Image

En Villa La Angostura, más de 1.200 alumnos de primaria y secundaria han encontrado en el cooperativismo un espacio donde aprender, compartir y mejorar su entorno. Este modelo educativo, que integra valores como la solidaridad, la igualdad y el trabajo en equipo, ha sido implementado en diversas instituciones, convirtiendo a la localidad en un referente provincial en educación cooperativa.

Desde hace más de una década, Villa La Angostura ha liderado el camino en la creación de cooperativas escolares, una iniciativa impulsada por el profesor de Economía Social, Marcelo Sabbioni. Su objetivo ha sido claro: no solo enseñar los principios del cooperativismo, sino permitir que los estudiantes los vivan a través de proyectos concretos que impactan tanto en la escuela como en la comunidad.

“El cooperativismo escolar es una herramienta poderosa que coloca a los jóvenes en el centro de la toma de decisiones y la resolución de problemas reales”, asegura Sabbioni. Lo innovador de este enfoque radica en que los estudiantes no solo aprenden sobre valores, sino que los aplican directamente en actividades que benefician a todos. Desde la gestión de comedores escolares hasta la creación de huertas invernadero, las cooperativas les permiten a los jóvenes desarrollar habilidades de liderazgo y organización mientras contribuyen al bienestar colectivo.

Escuelas como Don Jaime De Nevares, CPEM 17 y la escuela especial Nº 18 han adoptado el cooperativismo como un eje fundamental en su formación. En Don Jaime De Nevares, por ejemplo, los alumnos gestionan un comedor escolar y han puesto en marcha un kiosco estudiantil, integrando la teoría con la práctica en materias como Contabilidad. Por su parte, en el CPEM 17, la cooperativa "Cumpliendo metas" lleva adelante proyectos como la venta de fotocopias, un ropero solidario y hasta funciones de cine comunitario, mientras que en el CPEM 68 los estudiantes se enfocan en el cuidado ambiental mediante la creación de una huerta invernadero.

El aspecto voluntario del cooperativismo escolar es uno de sus mayores atractivos, ya que fomenta la autonomía y la participación activa de los estudiantes. “Ellos mismos eligen formar parte, toman decisiones y asumen roles de liderazgo dentro del Consejo de Administración”, explica Sabbioni. Este enfoque les brinda la oportunidad de practicar la democracia en un entorno seguro y de adquirir habilidades que les serán útiles a lo largo de su vida.

A fin de año, las cooperativas realizan sus asambleas, en las que los estudiantes presentan los resultados de sus actividades, rinden cuentas ante sus compañeros y eligen nuevas autoridades. Este proceso es fundamental, ya que no solo les permite evaluar lo que han logrado, sino que también refuerza su sentido de responsabilidad y compromiso con su comunidad.

Villa La Angostura ha demostrado que el cooperativismo escolar es mucho más que una actividad complementaria. Es un modelo educativo que promueve la participación activa, el desarrollo personal y la mejora de la comunidad. Los jóvenes no solo aprenden sobre cooperativas, sino que se convierten en agentes de cambio, preparados para asumir un rol protagónico en la sociedad futura.