Piden la modificación del Artículo 87 del proyecto.
A través de una nota enviada a la Cámara de Diputados de la Nación, la Mesa Nacional de Cooperativas Eléctricas pide que se tengan en cuenta a todas las entidades solidarias del sector en la regularización de la deuda con la mayorista Cammesa, algo que no está sucediendo con el proyecto actual.
-El 54 % de los ingresos de las distribuidoras se destina a pagar la factura de compra de la energía eléctrica, sea directamente a CAMMESA o a la EMPRESA DISTRIBUIDORA PROVINCIAL que abastece a la cooperativa.
-Del 46 % de los ingresos restantes, 67 % se destina al pago de los salarios, resultando el saldo insuficiente para hacer frente a la prestación del servicio sin absorber quebrantos, los cuáles terminan compensándose con endeudamiento (CAMMESA, TRABAJADORES, FISCO, ASOCIADOS, INVERSIONES, etc.). Existe un atraso del valor agregado de distribución (VAD) de las cooperativas necesario para hacer frente a los gastos directos e indirectos corrientes, del orden del 36%.
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-En el periodo anual considerado, las cooperativas eléctricas afrontaron un quebranto económico promedio del 36 %, mientras que el quebranto financiero promedio alcanza el 15 %. Visto en pesos, han dejado de percibir en doce (12) meses, un promedio de $ 8.731 por cada uno de sus usuarios.
-El 70 % de las empresas cooperativas consideradas prestan servicios en comunidades con menos de 5.000 usuarios, lo que implica una baja densidad de usuarios con grandes extensiones de redes para abastecerlos, lo que genera una gran “deseconomía de escala” frente a otros prestadores cuyos usuarios se concentran en grandes ciudades.
-La situación general del sector ha sido fuertemente afectada por la pandemia del COVID-19. El Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) ha resentido notablemente la cobranza mensual de los servicios. En el periodo de abril a julio, la morosidad mensual subió a un promedio mensual del 27 %. Durante el mismo periodo se ha experimentado una baja en la venta interanual de la energía, principalmente en las actividades que han estado impedidas de funcionar por la vigencia del ASPO, lo que ha incrementado el quebranto antes mencionado. En el mes de julio de 2020, esta caída de la energía vendida llegó al 4,4 % interanual. Esto ha generado una manifiesta la caída de recaudación general de las cooperativas, que fue creciendo mes a mes a partir de abril de 2020 y promedió un -26,6 % en el cuatrimestre abril-julio.