Expansión de las energías limpias en Argentina.
El sector alcanzó su punto máximo de rentabilidad en 2019. La solar y eólica lideran en crecimientos. Especialistas opinan sobre el presente del mercado local.
Eólica
Dentro de este segmento la energía solar fotovoltaica y la eólica se convirtieron en las fuentes de electricidad más baratas en muchos mercados.
En Argentina también se refleja ese boom pero a un paso más acotado. Según CAMMESA, en mayo, las energías verdes aportaron un 9,7% para cubrir la demanda nacional de energía. Sin embargo, parece estar lejos de alcanzarse los objetivos de la ley de energías renovables 27.191 que plantea que para 2025, un 20% de la demanda eléctrica debe ser cubierta por este tipo de fuentes.
“Si hace 5 años preguntaban cómo nos veíamos en 5 años, era un escenario menos optimista que la realidad que se muestra hoy”, explica Gustavo Castagnino, director de Asuntos Corporativos de Genneia, una empresa que en los 8 años puso en funcionamiento siete parques eólicos y uno solar, con 2.700 GWh anuales de energía limpia generada. La energía eólica es ampliamente la fuente renovable más desarrollada en el país con un 64% de la participación sobre la demanda.
Biodiesel
Otra industria que crece en el país es la de biodiesel. Según los especialistas hay un gran potencial para el mercado interno porque contribuyen a diversificar la matriz energética, colabora en la sustitución de importaciones ya que el 30% del gas oil es importado y fomenta el desarrollo de las economías regionales. Hay 26 plantas ubicadas en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa, San Luis, Santiago del Estero y Buenos Aires.
Según Juan Facciano, director de la empresa Albardon Bio y Presidente de la Cámara Santafesina de Energías Renovables, “nuestro país posee una capacidad instalada de 4.5 millones de toneladas anuales y a la fecha más del 60% se encuentra ociosa”.
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Al mismo tiempo advierte que “está comprobada la factibilidad técnica y económica para aumentar el porcentaje para el corte automotor; incorporar al biodiesel al transporte público de pasajeros de corta, mediana y larga distancia, al sector agrícola, a la generación eléctrica, transporte ferroviario, fluvial, entre otras”.
El directivo recalca que biodiesel no pretende reemplazar o sustituir al combustible fósil, sino complementarlo en la matriz energética.
Fuente: Por Diego González para Ámbito.