
Niclis, Iannizzotto y Ghilardi Sierra.
A través de esta nueva herramienta la Confederación busca analizar la situación de las producciones de las economías regionales del país para mejorar su competitividad.
El 21 de febrero, en la sede de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), ubicada en la ciudad de Buenos Aires, por intermedio de su presidente, Carlos Iannizzotto, se presentó un Índice de Competitividad (IC) para mejorar -valga la redundancia- la competitividad de los productos argentinos.
El trabajo elaborado por Ecolatina, consultora en economía y empresas, junto con el Área de Economía de Coninagro “es una construcción metodológica que permite medir y representar, mediante un único número, la evolución de la competitividad conjunta de nuestras economías regionales argentinas”, según explicaron desde la Confederación.
En esta dirección, durante la presentación señalaron que esta nueva herramienta posibilitará trabajar con mayor conocimiento sobre la presentación de una Ley de economías regionales, los aportes presentados para mejorar una ley de seguros y la Ley de semillas, como así también la baja de los impuestos al sector agropecuario.
“Trabajamos para que los productores sean más competitivos, trayendo propuestas e instrumentos que beneficien y permitan alcanzar dicho objetivo. Por eso, recorrimos todo el país para conocer el perfil de los pequeños y medianos productores, con sus diferentes idiosincrasias hasta encontrar puntos en común que nos permitan analizar la evolución de las actividades que se realizan en las diferentes regiones”, expresó Iannizzotto.
Acompañaron al presidente de Coninagro, el vicepresidente de la Confederación, Norberto Niclis; la coordinadora de Estudios Sectoriales de Ecolatina, Mariángel Ghilardi Sierra; el director del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), Eduardo Fontenla; el presidente de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE), José Álvarez; el subsecretario de Desarrollo Territorial de la secretaria de Agroindustria, Felipe Crespo; y el vicepresidente de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Eduardo Rodríguez, entre otros.
“Se entiende a la competitividad de las economías regionales como un fenómeno sistémico y multidimensional, donde las características del territorio provincial en el cual se desenvuelve la actividad productiva, las variables socioeconómicas vigentes en el país y los factores propios de cada economía regional, influyen en forma directa sobre la productividad y la capacidad de las economías de mejorar el bienestar de sus comunidades”, indicaron desde Coninagro.
Cabe destacar que el IC analiza diversos aspectos como los recursos naturales, la infraestructura, población, el entorno macroeconómico e institucional, el desempeño económico, además del sector externo, entre otros. “La conjunción de estos indicadores permite obtener un único indicador que refleja el desempeño de la competitividad multidimensional a lo largo del tiempo”, sintetizó Ghilardi Sierra.
A su vez, la representante de Ecolatina explicó que trabajaron sobre el ejercicio del último trimestre de 2018, donde la mayoría de los números fueron negativos: “El único indicador que estuvo al alza fueron las exportaciones. Las economías que lograron avances significativos en términos de exportaciones lograron salir empatadas”, afirmó.
Las economías regionales que incluye el índice de Coniangro son: algodón, arroz, carne bovina, carne avícola, cítricos, granos, hortalizas, leche, maní, manzanas, miel, ovinos, papa, peras, porcinos, vino y mosto y yerba mate.
Luego de la presentación del IC los dirigentes hablaron frente a la prensa. Niclis señaló que el índice permitirá “identificar fortalezas y debilidades sobre las cuales concentrar esfuerzos con una mirada a largo plazo y dar sustento técnico y objetivo para la formulación de propuestas políticas”. Y agregó, “es indispensable tener una evolución histórica de los indicadores, lo cual permitirá analizar el impacto de políticas públicas en la competitividad”.
Finalmente, Crespo felicitó la iniciativa y subrayó que desde el Gobierno Nacional se está llevando adelante un “un equilibrio fiscal para el cual fue necesario aplicar retenciones y entendemos que es el único camino posible para equilibrar las cuentas del Estado nacional”.
Semáforo de Economías Regionales de Coninagro
La Confederación presentó un nuevo informe donde muestra que solo seis de 19 sectores crecieron durante el 2018. La caída de los precios de exportación, como es el caso del ajo, junto al achicamiento del mercado interno y los altos costos para producir en la Argentina (impositivos, logísticos, laborales, financieros y arancelarios), son los principales motivos que afectan a las economías regionales.
De esta manera, en 15 de las 19 economías analizadas por Coninagro, la suba de los costos fue superior al aumento de los precios. Esto provocó -según el informe- un deterioro de los resultados, incluso afectó aun más a las producciones que no estaban en buena situación a comienzos del año.
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Respecto al comercio exterior, por la devaluación, cayeron fuertemente las importaciones para todas las producciones, mientras que sólo 10 actividades mejoraron su desempeño exportador. Sucede que por más competitivo que se muestre una actividad luego de llevar el dólar a un precio más adecuado para estas economías, para incrementar la exportación hay que tener primero la producción, luego los mercados y finalmente una cultura exportadora que no se genera de la “noche a la mañana”.
“La preocupación, frente a lo que muestra este semáforo, se centra en dos temas: las producciones que pueden dar trabajo y generar empleos están mal. Y está complicada la economía por la caída del salario, que afecta el consumo y termina impactando en la producción. Entonces, un problema regional termina haciendo efecto dominó sobre lo nacional, e impacta en el ciudadano en general”, explicó Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro.
Según el semáforo de Coninagro tres sectores se encuentran en “crisis” (ovinos, papa y vino y mosto); cinco con “signos de crisis” (cítricos, forestal, peras y manzanas, tabaco y hortalizas); cinco en situación de “advertencia” (granos, yerba mate, maní, mandioca y arroz) y seis en crecimiento (leche, algodón, miel, porcinos, aves y bovinos). Mientras que en estado de “prosperidad” no hay ninguno.