El titular de la Confederación, explicó que los problemas de los asociados son los mismos, sin importar la actividad que realicen, porque los productores se encuentran con:
Inflación: la inercia sobre los costos no se detiene y la previsibilidad se vuelve algo muy difícil de alcanzar;
Alta carga fiscal: entre cargas laborales e ingresos brutos, se encuentran dos de los obstáculos más grandes que encuentran los pequeños y medianos productores;
La brecha y el atraso cambiario, que pone en desventaja a los productores frente a sus pares en países limítrofes, en producciones en las que se compite de manera casi directa.
A todo esto, se le sumaron las inclemencias climáticas que, en Mendoza fueron granizo y heladas tardías, pero en el resto del país también cayeron sobre los productores en forma de sequía.
Todo lo anterior se le presentó al Gobierno Nacional y se le hizo un pedido concreto: la eliminación de los derechos a la exportación o retenciones, al 0% en las economías regionales (para el vino es del 4,5%) y de manera progresiva en el resto, de manera que Ganancias sea el impuesto que vaya reemplazando al resto.
Según Laucirica, a largo plazo, el costo fiscal sería nulo, porque se promueven las actividades, se genera más empleo, más divisas para el Gobierno y mayor actividad económica en general. Además, a diferencia del resto, Ganancias es un impuesto “coparticipable” y esta sería una medida mucho más federal.
Sin embargo, la respuesta del Gobierno Nacional no parece ser positiva, por un lado, porque se requiere de una ley para lograrlo (las retenciones son competencia del Congreso), pero sobre todo, porque no se generaron las reformas estructurales para que el esquema económico no dependa de tales ingresos.
UN DÓLAR AGRO O “SOJA”, ¿ES LA SOLUCIÓN?
De acuerdo con el titular de Coninagro, Elbio Laucirica, aunque un valor del dólar diferenciado por actividad exportadora pudiera generar mayores ingresos de manera temporal para el Gobierno, como sucedió con el denominado “dólar soja”, genera desbarajustes en toda la cadena agroindustrial y mayor inflación.
“Le advertimos al Gobierno que, la solución no pasa por los paliativos individuales, porque el productor podrá liquidar las divisas, pero se afecta a otros sectores como, por ejemplo, a todo el sector de alquileres de campo, que utilizan ese parámetro para manejarse, o al sector lácteo: las vacas necesitan alimentos proteicos para producir mayor cantidad de leche y el tambero, con la sequía se quedó sin pasto, y requiere de la harina de soja, pero esta se encareció y el precio de la leche no siguió esos aumentos de costos”, ejemplificó el ingeniero agrónomo, titular de Coninagro.
“Los problemas son los mismos para todas las economías regionales, un gobierno nacional centralizado en Buenos Aires que no propicia el federalismo, no tiene en cuenta la realidad de las distintas producciones, pero con el que necesitamos trabajar, por medio del diálogo”, cerró el referente del sector agrario.
Fuente: Diario Los Andes.