Los sistemas de transporte y distribución eléctrica presentan sub adictividad de costos, con lo cual la competencia entre prestadores es imposible ya que la misma conduciría a los sistemas a un incremento desmedido de los costos de prestación, esta es la razón principal que los convierte en un “monopolio natural” y por lo tanto crea la necesidad de una regulación social sobre los parámetros físicos, económicos y comerciales de la prestación del servicio para asegurar el mejor beneficio para sociedad a la cual sirven en su conjunto.
Podemos enumerar cuales serían los parámetros medibles a tener en cuenta para establecer los elementos que permitiendo caracterizar estos servicios nos guíen a la maximización del beneficio colectivo asegurando la sustentabilidad del sistema que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras y que garantice un equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del ambiente y el bienestar social.
Estos parámetros contienen elementos que aseguran la calidad técnica del producto, energía y potencia dentro de los estándares necesarios para su utilización y en la cantidad adecuada para las demandas presentes y futuras, elementos que garanticen la relación comercial entre prestadores y consumidores.
Establecidos estos parámetros se puede decidir entre los distintos integrantes con “necesidad” (todos aquellos que la requieren puedan o no pagarla) de energía la cantidad a satisfacer en función de atender la característica de imprescindibilidad de la energía eléctrica para una vida digna.
Decidido esto, y teniendo en cuenta la capacidad de pago de la demanda, se pueden establecer los precios para cada categoría de consumo.
En este punto podemos referenciarnos en Adam Smith quien en 1776 publica “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones” y en el capII, pags 45-46 escribe:” dame esto que deseo y obtendrás esto otro que deseas tu; y de esta manera conseguimos la mayor parte de los bienes que necesitamos. No es benevolencia del carnicero, el cervecero, o el panadero lo que nos procura nuestra cena, sino el cuidado que pones ellos en su propio beneficio. No nos dirigimos a su humildad sino a su propio interés, y jamás les hablamos de nuestras necesidades sino de sus ventajas “(extraído de todo precio es político de Augusto Costa) de estas afirmaciones deriva la frase tan conocida de “la mano invisible del mercado” y de allí la teoría de la competencia perfecta que pretende explicar cómo se asignan los recursos en una economía moderna de mercado.
La competencia perfecta es una referencia ideal y para que exista deben cumplirse cuatro requisitos muy precisos:
a) Tiene que haber muchos oferentes y muchos demandantes.
b) Los productos que se intercambian en cada mercado deben ser relativamente similares, independientes de quien los vende.
c)Todos los que participan del mercado deben contar con la información necesaria para tomar sus decisiones.
d) No tiene que haber restricciones u obstáculos para ingresar al mercado, ya sea como comprador o vendedor.
Como se ve la naturaleza de monopolio natural, hace que no se cumplan acabadamente los requisitos necesarios para aplicar la teoría de la competencia perfecta en forma libre y dejando librado a la mano invisible la fijación de los precios en el mercado de los servicios de transporte y distribución de la energía eléctrica, pero no impide que se utilice la misma para establecer los precios impuesto y las condiciones del servicio por el regulador como parámetros de cumplimiento mínimos en cuanto a calidad y precios máximos para cada segmento de la demanda.
Esto nos lleva a:
Regulación de calidad; se observa la calidad, se conoce el costo óptimo implicado y simplemente se exige y se compensa económicamente en las tarifas. Tarificación al costo marginal para replicar propiedades de eficiencia de la competencia perfecta.
Precios estacionales: tarifas según costo marginal de largo plazo y de corto plazo. Los subsidios requieren transferencias ante distorsiones de mercado.
Propuesto este modelo de establecer los precios, que lleva a asegurar a todos el acceso a una cantidad de energía eléctrica mínima e imprescindible para una vida digna, nos queda determinar los precios que aseguren la sustentabilidad del sistema y lleven al establecimiento de tarifas justas y razonable.
Hacer esto no es fácil ya que se deben determinar los costos que hacen sustentable el sistema y los mismos dependen de comportamientos y regulaciones que trascienden al sector de la distribución y el transporte de la electricidad, fácil es ver que el costo de capital depende del comportamiento del mercado financiero, los costos laborales y sus regulaciones depende de la negociaciones colectiva con los sindicatos, la compra de energía en el mercado mayorista depende de la negociación con los generadores y la adquisición de materiales para el servicio de los precios establecidos en el mercado de los materiales eléctricos donde el tipo de cambio es un elemento determinante.
A estas dificultades se le agrega la distorsión que aparece cuando los tiempos involucrados en el proceso de actualización tarifaria por la intervención de los poderes concedentes se alargan lo cual ocasiona fuertes perjuicios financieros al prestador del servicio con el consiguiente deterioro del mismo, es ante esto que la figura del prestador cooperativo del servicio de distribución y transporte de energía eléctrica se torna relevante para determinados mercados.
Ya que mediante la aplicación de los principios cooperativos(...)
Libre Adhesión: Las cooperativas son organizaciones voluntarias, abiertas para todas aquellas personas dispuestas a utilizar sus servicios y dispuestas a aceptar las responsabilidades que conlleva la condición de socios, sin discriminación de género, raza, clase social, posición política o religiosa.
Control democrático de los socios: Las cooperativas son organizaciones democráticas controladas por sus socios, quienes participan activamente en la definición de las políticas y en la toma de decisiones. Los hombres y mujeres elegidos para representar a su cooperativa, responden ante los socios. En las cooperativas de base, los socios tienen igual derecho de voto (un socio, un voto), mientras en las cooperativas de otros niveles también se organizan con procedimientos democráticos.
Participación económica de los socios: Los socios contribuyen de manera equitativa y controlan de manera democrática el capital de la cooperativa. Usualmente reciben una compensación limitada, si es que hay, sobre el capital suscrito, como condición de socio. Los socios asignan excedentes para cualquiera o todos los siguientes propósitos: el desarrollo de la cooperativa, mediante la posible creación de reservas, de las cuales al menos una parte debe ser indivisible; los beneficios para los socios en proporción con sus transacciones con la cooperativa; y el apoyo a otras actividades, según lo aprueben los socios.
Autonomía e independencia: Las cooperativas son organizaciones autónomas de ayuda mutua controladas por sus socios. Si entran en acuerdos con otras organizaciones (incluyendo gobiernos) o tienen capital de fuentes externas, lo realizan en términos que aseguren el control democrático por parte de sus socios y mantengan la autonomía de la cooperativa.
Educación, entrenamiento e información: Las cooperativas brindan educación y entrenamiento a sus socios, a sus dirigentes electos, gerentes y empleados, de tal forma que contribuyan eficazmente al desarrollo de sus cooperativas. Las cooperativas informan al público en general, particularmente a los jóvenes y creadores de opinión acerca de la naturaleza y beneficios del cooperativismo.
Cooperación entre cooperativas: Las cooperativas sirven a sus socios más eficazmente y fortalecen el movimiento cooperativo, trabajando de manera conjunta por medio de estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales.
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Compromiso con la comunidad: La cooperativa trabaja para el desarrollo sostenible de su comunidad por medio de políticas aceptadas por sus socios. Al mismo tiempo que se centran en las necesidades y los deseos de los socios, las cooperativas trabajan para conseguir el desarrollo sostenible de las comunidades, según los criterios aprobados por los socios.
(…) se asegura la toma de decisión responsable del asociado cooperativo frente a las dos decisiones trascendentales, básicamente calidad y precio del servicio, ya que las cooperativas no son más que los propios usuarios auto prestándose el servicio y son ellos quienes deben decidir la relación precio/calidad que quieren obtener.
El regulador queda con la responsabilidad de determinar la cantidad de energía eléctrica mínima e imprescindible a asignar para una vida digna y de proveer a los asociados de las herramientas necesarias que les permitan tomar decisiones fundadas en cada una de las instancias en que la administración cooperativa se las requiera, a través de los órganos de gestión establecidos, concejo de administración, asambleas ordinarias y extraordinarias como así también atender los reclamos e inquietudes que los asociados le planteen al órgano de control.