Dicha condición de neutralidad política partidaria fue expresamente enunciada en los principios cooperativos dados por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) en su primera revisión, realizada en Francia en el año 1937.
El sector de la economía social debe influir en las propuestas de todos los partidos políticos democráticos y ejercer influencia en la construcción de políticas públicas activas que tomen en cuenta la vigencia de sus valores y principios
La sociedad tiene que conocer las propuestas de las mutuales y cooperativas. No alcanza con que la conozcan sólo sus integrantes convencidos
El cooperativismo es una respuesta política cargada de valoración. Pero no es una respuesta política-partidaria. Aunque no son contradictorias, debemos distinguir la vocación y el ánimo solidario asociativo que es central en la propuesta y organización cooperativa-mutual, de la vocación política militante partidaria.
Dicha condición de neutralidad política partidaria fue expresamente enunciada en los principios cooperativos dados por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) en su primera revisión, realizada en Francia en el año 1937. Actualmente, si bien no se menciona expresamente, surge y está incluido en el espíritu y fundamento del primer principio de “adhesión abierta”.
En el caso de las mutuales el tercer principio establecido por el IV Congreso Nacional de Mutualismo, realizado en octubre del año 1979, dice: “Neutralidad institucional, política, religiosa, ideológica, racial y gremial”
La neutralidad política en la cooperativas y mutuales no significa abandonar la necesaria incidencia en la acción política que corresponde realizar a fin de presentar y defender el valor transformador y reactivador que representa el sector de la economía social, democratizando la economía y constituyendo una herramienta innegable para lograr la movilidad social ascendente.
El sector de la economía social debe influir en las propuestas de todos los partidos políticos democráticos y ejercer influencia en la construcción de políticas públicas activas que tomen en cuenta la vigencia de sus valores y principios, su identidad y su naturaleza jurídica, así como su aporte al desarrollo sostenible, ya que es un actor clave en el entramado productivo argentino.
Para proponer, debatir y defender las aspiraciones e intereses de las mutuales y cooperativas los procesos electorales tienen una función relevante ya que permiten el debate y análisis de futuras políticas públicas que incluyan efectivamente a las entidades de la Economía Social.
Las mutuales y las cooperativa debe buscar coincidencias básicas en la política más allá de lo político partidario.
No hay duda de que la economía social debe opinar y estar en política, acompañar y/o criticar, no lavarse las manos donde se debaten los destinos municipales, provinciales y nacionales, pero institucionalmente no intervendrá en la política partidaria de candidaturas. Las mutuales y las cooperativas deben buscar coincidencias básicas en la política más allá de lo político partidario.
Entonces si los ciudadanos vinculados a la economía social deciden participar como candidatos en las elecciones, los partidos políticos son las instituciones competentes para la postulación a cargos públicos electivos.
A veces la participación “política” está descalificada o despreciada y se la entiende como lógica de partes o sectarismo político y no como construcción del bien común, compatible con el ideario cooperativo y mutual, lo que se advierte descalificativo y perjudicial. La participación es principio fundante de la democracia.
Es muy bueno para la democracia que los dirigentes-funcionarios-técnicos cooperativos-mutuales tengan aspiraciones electorales, pero lo que no es bueno es que las organizaciones sean la base de campaña y la estructura económica y financiera de las candidaturas de sus miembros para competir electoralmente y lograr representatividad.
Sobre este tema el Congreso Nacional sancionó la ley 27504 de financiamiento de los partidos políticos, reglamentada por decreto 443/2019, con el objetivo de transparentar el financiamiento de la acción político partidaria. Estas donaciones o aportes de campaña no son posibles desde las organizaciones de la economía social en base a lo explicitado al inicio de la nota.
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No obstante, se debe trabajar en una conversación y diálogo extendido con los formadores de opinión para introducir en el imaginario socio-político las características y para entender con claridad las diferencias de la economía social con otros modelos de organización y desarrollo.
En ese sentido, el 22 de agosto de 2019 se propusieron los siguientes diez puntos: