Este es uno de los símbolos del cooperativismo, y por ende, de todos los cooperadores. Tiene como finalidad principal reflejar en las comunidades y en los ámbitos oficiales y privados en los que se toman decisiones de carácter social y económico, que el cooperativismo es la alternativa que el país necesita. Porque a través de este sistema se promueve el desarrollo local, para que haya más puestos de trabajo para la gente en sus lugares de origen, evitando la emigración, el desarraigo y la fragmentación de las familias; que sea posible agregar valor a la producción de cada zona, fortaleciendo a las economías regionales, porque de ese modo, se industrializa un país; que los jóvenes puedan desarrollarse en su tierra junto a sus familias, porque hay trabajo y se hace posible darlesoportunidades para capacitarse.
Los hechos demuestran que el cooperativismo es una herramienta muy importante y efectiva para las Economías Regionales, siendo utilizado eficazmente en la vitivinicultura, en la producción de yerba mate, de manzanas, en la industria aceitera y en tantas otras actividades, en el suministro de los servicios públicos en todas las localidades del interior de nuestro país, y ahora también se trabaja en las energías renovables.
Tiene una alta dosis de idealismo solidario para estimular a sus participantes a alcanzar metas, que de otra manera, sería imposible lograrlas, pero actúa en la economía general con visión realista y concreta. El cooperativismo trasciende las fronteras y tiene alcance internacional, pero nuestro gesta es aquí y ahora, y nuestro sentimiento es lograr el mayor bienestar para el pueblo argentino, que también incluye a nuestro bienestar personal.
La economía lucrativa que está exclusivamente al servicio de la rentabilidad de los propietarios del capital, no se ocupa de los asuntos sociales. Y hasta ha llegado a tergiversar en su propio beneficio, los legítimos derechos que tiene la mujer de ejercer en forma voluntaria y con toda libertad, las actividades que desee para desarrollarse intelectual y laboralmente.
Pero en este aspecto y haciendo un uso utilitario de los derechos de la mujer, en su legítima aspiración de tener las mismas oportunidades que el hombre, para beneficio del capitalismo se ha transformado en una obligación que la mujer trabaje, ya que de otro modo, una familia no puede autoabastecerse. Mientras que en nuestro país, tres generaciones anteriores a la actual, con el trabajo del hombre solamente, era posible mantener un hogar con muchos hijos.
Sin embargo, con la utilización económica de los derechos de la mujer, han logrado que el salario del hombre no sea suficiente, porque disponen de una enorme cantidad de mano de obra casi hasta duplicarla. Pero además, y como si lo comentado fuera poco, a igual tarea, a la mujer se le paga un salario menor. Y este es uno de los aspectos en los que el valor de la equidad que tiene el cooperativismo, puede compensar semejante despropósito.
Por supuesto que el cooperativismo no puede resolver todas las problemáticas, pero sin embargo, puede ostentar abiertamente que hace un gran aporte a la sociedad al promover la práctica de valores como la equidad, ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad y solidaridad, todo lo cual fortalece la dignidad de las personas.
Por otra parte, no cabe duda de que en el presente año el “Día Internacional de las Cooperativas”, que tiene como mensaje a la inclusión, encuentra a las entidades atravesando circunstancias difíciles. Coincidimos en que hacen falta políticas públicas que consideren al sector como una alternativa válida para el desarrollo.
Tenemos que continuar asumiendo fuertemente la defensa de lo que le corresponde al sector por su trayectoria y por su impacto en el bienestar de la sociedad, y con una actitud democrática, exigir con firmeza que se cumpla con sus legítimos derechos.
El sector debe cuidarse a sí mismo, porque nadie ajeno al mismo, enarbolará sus banderas con auténtico interés de la manera que lo pueden hacer sus miembros. Tenemos la convicción de que esta batalla vale la pena y que no hay que ceder lo que legítimamente pertenece al cooperativismo.
Entonces, en estos meses signados por el apasionamiento político, se debe fortalecer la democracia rechazando “los cantos de sirena” que tanto abundan y sean cual fueren los resultados, estar dispuestos a ejercer con rectitud y constancia el derecho del cooperativismo a trabajar libremente, manejando su propia economía para asegurar la cobertura de sus costos y crecer y asociarse a su criterio para obtener beneficios de escala, con el único límite que le imponen las leyes.
El país entero debe advertir cada “Día Internacional de las Cooperativas” y descubrir que en su trayectoria de más de 170 años en el mundo, también en la Argentina la cooperación hizo patria, aportó valores a nuestra idiosincrasia, niveló culturalmente a la sociedad, y hasta hoy nos dio la cultura del trabajo, los nobles ideales y los Valores y Principios, pero sobre todo, con fe en el porvenir y en todos los argentinos.
Estas son las virtudes que muestran con orgullo los dirigentes que el sector necesita, ya que es el camino marcado por los pioneros, que también afrontaron grandes dificultades y salieron airosos.
Consideramos que es necesario difundir los ideales de paz y el respeto de los derechos de las personas a la vida, al trabajo, a la igualdad y a la equidad y también a la libertad de tener una conducta asociativa.
La cooperación es la alternativa justa, y las políticas económicas no deberían ignorarlo. Por eso es que los cooperativistas en su Día, dicen “presente” y siguen haciendo patria, siempre dispuestos a colaborar y sólo piden que se los deje hacer. Porque pese a todas las problemáticas, no se empañan los logros que en forma legítima han conseguido.
Continuaremos trabajando para que además de que los seres humanos seamos todos iguales ante la ley, seamos iguales ante la vida. Amigos cooperadores, “Mundo Cooperativo, el periódico de las cooperativas”, los saluda con respeto y admiración por este “Día Internacional de las Cooperativas”.